Es cierto que tras un intenso curso lleno de horas de estudio, ensayos, exámenes, audiciones, conciertos y un largo etcétera nuestro último pensamiento es estudiar en los largos y calurosos días de verano.
Pero la realidad es que tras más de dos meses sin contacto con nuestro instrumento perdemos agilidad, tonificación, oído, fluidez…
Para ayudaros a evitar esta tarea os recomendamos lo siguiente:
- Tras las clases tómate unos días de descanso total. Tú mejor que nadie te conoces y sabes considerar cuánto es lo adecuado.
- Una vez que vayas a retomar la práctica instrumental, hazlo concienzudamente.
- Elige las horas de menos calor del día y en las que te encuentres más concentrado. Lo más aconsejable son las primeras horas, antes de ir a la piscina, playa u otra actividad que pueda tomarnos el resto del día.
- Estira y calienta un poco, hay que preparar siempre nuestro cuerpo para la rutina de movimientos que realizamos al tocar un instrumento.
- Organiza tu estudio: haz escalas, estudios, obras, pero de manera planificada. No vale tocarlo todo de cualquier manera.
- Los primeros días trabaja menos tiempo, tú conoces tu capacidad que dependerá también del curso en el que te encuentres, pero ve aumentando progresivamente el tiempo y así tu concentración también se adaptará y será más completa.
- Al finalizar el estudio recuerda limpiar y guardar correctamente el instrumento. En lugares con temperaturas altas éstos necesitan especial atención para no dañarse.
Además de estos consejos te recomendamos:
- Escucha música clásica frecuentemente, no te conformes con las “canciones de verano”.
- Lee, haz ejercicio, repasa asignaturas teóricas en lugares frescos y cómodos.
- Ve a conciertos: en verano la oferta de festivales de música de todos los estilos es muy amplia. Aprovecha la ocasión para disfrutar de ellos al aire libre
Disfruta del descanso, de aprender y sobre todo ¡DE LA MÚSICA!
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